El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) [2] revalidó la certificación de carbono neutral para el Campus Tecnológico Local San José [3], luego de la auditoría realizada por el Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (Inteco) [4].
El estudio confirmó reducciones significativas en la emisión de gases de efecto invernadero, principalmente en los refrigerantes utilizados en los aires acondicionados, gracias a un mantenimiento preventivo más riguroso, explicó Andrea Acuña Piedra, asistente de la regencia ambiental de la Unidad Institucional de Gestión Ambiental y Seguridad Laboral (Gasel) [5] del TEC [6].
En este rubro se pasó de 38.95 kilos de CO2 en el 2019 a 8.62 kilos de dióxido de carbono en el año 2020. Los otros factores medidos también registran una disminución en sus emisiones, sin embargo, no fueron tomados en consideración en razón de las medidas sanitarias adoptadas por la pandemia por COVID-19, las cuales desplazaron la mayoría de actividades del Campus a los hogares de sus estudiantes y funcionarios. Estos factores corresponden al consumo de combustibles, al uso de la electricidad, a la generación de residuos sólidos y a la disposición de las aguas residuales.
En total, se evitaron 200 kilos de dióxido de carbono equivalente producto de las medidas de reducción ejecutadas durante el 2020, entre ellas los viajes compartidos para gestiones de la institución, la gestión de residuos no reciclables por medio de coprocesamiento en hornos de cemento, lo cual evitó que llegaran a rellenos sanitarios.
“A pesar de las situaciones atípicas que incluso truncaron proyectos de reducción de emisiones, se logró continuar con la contabilización y se identificaron más fuentes de emisión, lo cual permite tener un inventario más minucioso”, amplió Acuña.
Las nuevas fuentes de emisión que se incorporaron a las mediciones son el uso de aerosoles en las tareas de limpieza y la aplicación de agroquímicos en las pequeñas áreas verdes con las que cuenta el Campus TEC San José. Al respecto, Acuña detalla que estos últimos productos fueron sustituidos por fertilizantes que contribuyen con el crecimiento de las plantas.
Adicionalmente, señala que se logró mantener una adecuada gestión de los residuos y utilizar los vehículos de forma aún más coordinada para que las emisiones fueran mínimas.
Acuña es consciente de la necesidad de realizar un refrescamiento del compromiso con el ambiente entre los funcionarios y estudiantes luego de dos años en trabajo y estudio remotos. Para ello se está diseñando un proceso para volver a capacitar a la comunidad institucional, así como a quienes todavía no han tenido una experiencia universitaria presencial.
“Al volver a la presencialidad sabemos que las emisiones van a ser mayores, pero se está trabajando en eso. Por ejemplo, hay un proyecto que empezó el año pasado para que la iluminación sea completamente con la tecnología LED. Además, se van a empezar a recuperar en mayor cantidad los residuos que no se reciclan, pero que se pueden utilizar como fuente de energía”, agregó Acuña.